Con cantos y música “buscaron” al Niño Jesús como es tradición en la sede de los Poderes Públicos de Lagunillas
El Niño Jesús fue “robado”, de su cuna en el pesebre. Nadie observó, pero una mano culpable, lo sacó del portal. Este primer lunes, tres de febrero, tuvo un tino sin igual, en Lagunillas, en la sede de Los Poderes Públicos, la “noticia” del pequeñín robado, levantó una polvareda.
El bullicio acrecentó y los
murmullos también. ¿Dónde estará el Niño?, preguntaban varias voces.
Convocados todos al lobby
principal, unos cultores, armados con sus instrumentos: maracas, cuatro,
pandereta y tambora iniciaron la faena. Cantando, presurosos y, en caravana, comenzaron
a buscar al chiquitín de la Virgen María.
De caminata en caminata pasaron,
junto con la Madre Santísima a todas las oficinas. La gente se impresionaba, al
ver a esos cultores entrar en cada oficina pareciendo, sin querer, más Reyes
Magos que buscadores.
Una fortísima voz preguntaba
¿está el Niño aquí?
Así interpelaba a los presentes, el “Papa”
Alberto Sandoval, mientras cerca o detrás, sus compañeros cultores, sonaban los
instrumentos.
Eduar Piña tocaba el tambor, Omar Rojas, con hábil movilidad, sonaba el par de maracas y Dixón Rivera, con cuatro y, a viva voz, cantaba.
María la Virgen, más
contemplativa estaba. La embargaba la tristeza, al saberse despojada de su
Divino Niño.
Sumándose de uno en uno,
fueron creciendo los buscadores, yendo de sitio en sitio llegaron al Registro
Civil. No estaba allí.
Se anduvo por “todos lados” y
hasta escaleras subieron, sin dejar la canturreada. Ya en las “alturas” del
edificio, de puerta en puerta, entraban y nada que aparecía.
La comitiva voluntariosa llegó a las oficinas de prensa y, con curiosa insistencia, chanzas, bromas y teorías lanzaron, sospechando que los periodistas, acostumbrados a buscar la verdad, darían pistas más certeras.
Pero, asombrosamente, ellos sonrientes, más
sorprendidos que un “tubazo noticioso”, no sabían nada de tan singular suceso.
Siguió la gente su camino,
algunos con palmas, otros con la emoción evidente de querer ser los primeros en
encontrar al Hijo de Dios. Otros, graban cada instante, procurando la
“exclusiva” con imagen de Niño ya rescatado.
Ellos poco sabían de cómo el Niño Jesús fue “robado”, pero, con fraternal actitud, abrazos prodigaron y también cantaron, como un gesto ennoblecido, de querer acompañar, con el corazón, la sublime misión.
Cuando estaban en Catastro,
los más curiosos se fueron y averiguaron que en la oficina de al lado, un
banquete estaba y, entre telares, sospechosamente, “alguien” dormía.
Por la puerta entreabierta,
algunos miraban.
La caravana llegó frente a la oficina de Protocolo, con cultores y la Virgen María.
Se oyó decir ¡Aquí está el
Niño!
Las palmas se agitaron y los cantos arreciaron, como una ofrenda sonora, porque una hora después, de la afanosa búsqueda, una señora, custodia del Belén, halló entre telares rojos, al Niño de nuestro Belén.
Lo levantó con gozosa emoción y, en maternal empatía, le devolvió el
hijo a su amorosa Madre María.
Una rebosante alegría bañó a los presentes, los que quisieron, con permiso formal, cargaron al Niño Jesús.
Siguieron cantándole un rato, pero había que llevarlo a su cuna, fue en ese
tierno momento, cuando el Niño Jesús regresó, primoroso, a su portal bendecido.
Una “Búsqueda” que tiene 34
años realizándose
Desde 1990 se coloca el
pesebre en la sede de Los Poderes Públicos, recordó Yuraima Velásquez, directora
de Mantenimiento del Concejo Municipal de Lagunillas o, señora “Yura”, como
cariñosamente le llaman.
Ella es protagonista de esa tradición, aunque
prefiera extender el crédito a todas las personas que se sumaron a ayudarla e hicieron posible cumplir con esta actividad cultural y de fe.
La “Búsqueda” del Niño Jesús
se efectúa desde 1991, actividad que tiene la permanencia en el tiempo y
convoca a la participación de los trabajadores de la Cámara Municipal y de la
Alcaldía de Lagunillas.
Frases:
“Seguimos siendo una familia
maravillosa, con unos sentimientos increíbles. Mientras existan tradiciones y
costumbres, los pueblos no mueren”, concluyó Omar Rojas, director Municipal de
Cultura, partícipe de la actividad con los también cultores: Alberto Sandoval,
Eduar Piña y el concejal Dixón Rivera, presidente de la Comisión Permanente de
Educación, Cultura, Deporte, Turismo y Recreación de la Cámara Municipal de
Lagunillas y Xiomara Matos.
“Estamos en este día muy contentos de haber compartido, como familia en las instalaciones de la sede de los Poderes Públicos esta tradición, que es muy hermosa, muy venezolana, una tradición que nos lleva a rememorar el nacimiento, la Natividad del Niño Dios”, refirió el cultor y concejal Dixón Rivera.
¿Qué mensaje rescatamos de
esta Búsqueda del Niño Jesús?
“La Búsqueda del Niño es un
punto de encuentro, que por cierto es muy oportuno en nuestro país. Hoy pudimos
juntos, todos los trabajadores de esta institución con el Director de Cultura,
Omar Rojas, con los cultores, como Alberto Sandoval, personas de las distintas instancias y los
distintos departamentos, sin ningún tipo de diferencia, que es como debe ser cuando
se trata de la fe, se trata de la visión cristiana que nos debe unir, del amor,
Dios es amor y eso se aplica y es muy importante, creer que es el centro del
mensaje, Jesús es el punto de encuentro para todos los venezolanos y
venezolanas y de cualquier país”, consideró el concejal y presidente de la
Comisión Permanente de Educación, Cultura, Deporte, Turismo y Recreación de la
Cámara Municipal, Dixón Rivera.
Gracias por creer y apoyar la
cultura:
A todas las personas que se
sumaron e involucraron, como público, como buscadores e, hicieron posible
seguir con esta tradición, en especial a: Richard Pirona, Luis Guerra, Roberto
Linares, Alberto Chirinos, Mirta Fernández, Angie Sampayo y el personal de la
Dirección de Medios y de la Dirección de
Protocolo del Concejo Municipal.
Texto: Yennys Rojas
Fotos: Seltkis Salazar /
Yennys Rojas
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